La vida es una aventura constante, llena de esperanzas, sueños por cumplir y pruebas o obstáculos, como lo queramos ver, que en verdad nosotros mismos hemos creado con nuestras acciones a lo largo de la historia. No podemos cambiar lo que ocurre, pero si lo que vendrá. ¿Cómo? Con nuestra actitud ante las experiencias de la vida. Son nuestras actitudes las que determinan nuestra felicidad, el cómo nos tomamos esas experiencias que vivimos cada día, qué representan para nosotros. Si representan obstáculos o retos.
Lo cierto es que muchos maestros a lo largo de la historia como Eckhart Tolle, Jesús, Buda, Osho, Krishnamurti, Samael Aun Weor y muchos más, intentaron señalarnos el camino hacia la Felicidad, pero ninguno de nosotros ha sabido verlo, y los que han sabido verlo han sido llamados sabios. Siempre me he preguntado ¿Acaso no tenemos medios para lograr esta sabiduría? ¿Acaso no somos quienes para adquirir este conocimiento? ¿Dónde se encuentra la llave que abre la puerta de la felicidad? La respuesta me ha llegado, y es en nosotros mismos. Nosotros no podemos cambiar lo que ocurre en nuestra vida, pero sí la actitud que tomamos ante ella, la actitud que tomamos ante lo que llamamos "problemas" o lo que yo llamo "situaciones de la vida". Ya que las situaciones son pasajeras, siempre pasan, tarde o temprano. Pero lo que determina nuestra felicidad es la actitud que tomamos ante la vida, ante esas "situaciones de la vida que se nos presentan".
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